Pescadores del puerto de Progreso, Yucatán, han expresado su creciente preocupación ante la aproximación de una gran mancha de sargazo que ya se encuentra a escasos cinco kilómetros de la costa. Esta acumulación de algas no solo compromete la actividad pesquera, especialmente la captura de especies clave como el mero, sino que también amenaza con impactar negativamente el turismo durante las vacaciones de verano, una de las épocas más importantes para la economía local.
Con la temporada de langosta por iniciar el 1 de julio y la del pulpo en fechas posteriores, los pescadores temen que el alga marina complique aún más su labor. Muchos ya se han visto obligados a alejarse más de lo habitual para realizar sus faenas, pues el sargazo altera los patrones de pesca y reduce considerablemente las posibilidades de una buena captura. La incertidumbre aumenta en un sector que depende totalmente del mar para sobrevivir.
Paralelamente, el turismo también empieza a resentirse. Tramos costeros entre Chabihau y Santa Clara han sido cubiertos por grandes cantidades de alga, lo que ha disuadido la llegada de bañistas. La presencia del sargazo en las playas, más allá de su impacto visual, representa un reto ambiental y logístico para las autoridades locales que buscan mantener atractiva la zona durante la temporada vacacional.
De acuerdo con Salvador Castell, director de la iniciativa científica ‘Va por la Tierra’, el alza en la temperatura del mar y las recientes ondas tropicales han favorecido la proliferación del sargazo. Explica que este fenómeno natural se intensifica cuando las lluvias remueven el alga del fondo marino, impidiendo que se disperse. Ante este panorama, especialistas piden reforzar los esfuerzos de monitoreo y limpieza para evitar consecuencias económicas más graves en las próximas semanas.