El sector turístico en Latinoamérica continúa experimentando un auge, pero los desafíos para equilibrar este crecimiento con la preservación ambiental se vuelven cada vez más evidentes. Howard Yu, director del Centro de Preparación Futura de la escuela de negocios suiza IMD, aseguró que este impulso turístico debe estar acompañado de regulaciones más estrictas para proteger los ecosistemas naturales que constituyen algunos de los mayores atractivos de la región. Yu hizo estas declaraciones al comentar un estudio reciente sobre el turismo, resaltando que los principales destinos turísticos de Latinoamérica, como el Amazonas, los Andes y los arrecifes de coral, están siendo seriamente amenazados por el turismo masivo y el cambio climático.
A nivel global, el informe del IMD también destaca que la inteligencia artificial generativa se está convirtiendo en una de las principales tendencias disruptivas en la industria del turismo. Esta tecnología complementa la creciente demanda de experiencias personalizadas y un enfoque más responsable del turismo, que pone énfasis en la sostenibilidad y el respeto por los entornos naturales. Para Latinoamérica, esto representa una oportunidad para implementar soluciones innovadoras que ayuden a gestionar el crecimiento turístico de manera más controlada y alineada con los objetivos de conservación.
Un ejemplo positivo en la región es Costa Rica, que ha logrado destacarse por su enfoque en ecoturismo. Con el 28% de su territorio dedicado a parques naturales, el país ha convertido la preservación ambiental en uno de sus pilares turísticos, demostrando que un equilibrio entre desarrollo turístico y conservación es posible. Este enfoque ha contribuido a que el turismo represente el 13% del Producto Interno Bruto (PIB) del país, y se ha consolidado como un modelo a seguir en la región. Sin embargo, no todos los destinos han logrado una adaptación similar.
Colombia, por su parte, ha experimentado un renacimiento turístico tras el acuerdo de paz de 2016, lo que evidencia que la mejora en la seguridad y la inversión cultural puede transformar un destino turístico. Yu también destacó la creciente atracción de ciudades como Ciudad de México, Medellín y Buenos Aires, que se han convertido en destinos populares para nómadas digitales debido a su asequibilidad, riqueza cultural y mejoras en la infraestructura digital. Además, mencionó a Lima como ejemplo de cómo la especialización en la gastronomía puede ser un motor de crecimiento para el turismo.
Sin embargo, a pesar de estos avances, la región enfrenta serias dificultades en términos de infraestructura. La falta de redes de transporte eficientes y la escasa conectividad entre destinos, especialmente aquellos en áreas remotas de ecoturismo, siguen siendo problemas clave. La percepción de inseguridad derivada de la criminalidad y la inestabilidad política también afecta la confianza de los turistas, mientras que la inflación y el acceso limitado a financiación dificultan la planificación e inversión en el sector. Para avanzar, la región necesita una visión integral que combine el crecimiento del turismo con la protección de sus valiosos recursos naturales.