EL PAPA FRANCISCO Y SU RENUNCIA FIRMADA DESDE 2013

EL PAPA FRANCISCO Y SU RENUNCIA FIRMADA DESDE 2013

Desde el año 2013, el Papa Francisco dejó firmada su carta de renuncia en caso de que su estado de salud le impidiera continuar con sus funciones como líder de la Iglesia católica. Este documento fue redactado poco después de su elección como pontífice y, según sus propias declaraciones, se encuentra en manos del cardenal Tarcisio Bertone, quien en ese momento ocupaba el cargo de secretario de Estado del Vaticano. Se cree que actualmente podría estar bajo la custodia de su sucesor, el cardenal Pietro Parolin.

El Santo Padre, quien continúa al frente de la Iglesia Universal, ha reiterado en varias entrevistas que considera su misión como un servicio vitalicio. Sin embargo, dejó en claro que, de enfrentar una discapacidad grave que le impidiera gobernar con plena conciencia, su renuncia estaría lista para ser presentada sin vacilaciones. En una conversación con el diario español ABC en 2022, bromeó sobre la existencia de la carta, mencionando que alguien podría ir a pedírsela a Bertone como si se tratara de un simple trámite.

Francisco asumió el pontificado el 13 de marzo de 2013, tras la histórica renuncia de Benedicto XVI, el primer papa en dimitir en más de 600 años. Desde entonces, ha sido interrogado en varias ocasiones sobre la posibilidad de seguir el mismo camino que su predecesor, especialmente cuando ha enfrentado problemas de salud que han limitado su movilidad. Pese a estas preguntas recurrentes, el pontífice ha minimizado la idea de su renuncia, asegurando que las decisiones de este tipo no deben convertirse en una tendencia dentro del papado.

En diversas ocasiones, ha dejado claro que, aunque la renuncia de un papa es posible y legítima, no cree que deba normalizarse como una práctica común. Durante un viaje apostólico a África en febrero de 2023, insistió en que el ministerio del Papa es ad vitam, es decir, para toda la vida. Asimismo, en una entrevista televisiva en julio de 2022, señaló que, en caso de dimitir, no adoptaría el título de “Papa emérito” como lo hizo Benedicto XVI, ni vestiría sotana blanca. En cambio, optaría por el título de “obispo emérito de Roma” y llevaría una vida sencilla fuera del Vaticano.

Actualmente, el Papa Francisco se encuentra hospitalizado en el Hospital Agostino Gemelli debido a un tratamiento para superar una neumonía bilateral. Pese a su estado de salud, el Vaticano informó que el pontífice continúa con sus actividades, incluyendo la publicación por escrito de su catequesis titulada “La visita de los Magos al Rey recién nacido”. A medida que avanza su recuperación, persiste la incertidumbre sobre si en algún momento recurrirá a la renuncia que dejó preparada hace más de una década.

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