La monja brasileña Inah Canabarro Lucas, reconocida como la persona más longeva del mundo, falleció a los 116 años de edad. Su muerte fue anunciada por la Congregación de las Hermanas Teresianas, comunidad religiosa con la que vivía en la ciudad de Porto Alegre, en el sur de Brasil. El deceso de Canabarro marca el cierre de una vida marcada por la fe, el servicio y una longevidad extraordinaria que capturó la atención mundial. Su legado fue recordado con emotividad por la comunidad religiosa que la acogió durante décadas.
Nacida el 8 de junio de 1908 en San Francisco de Asís, en el estado de Rio Grande do Sul, su historia estuvo llena de superaciones desde muy temprana edad, ya que tuvo una salud frágil durante su infancia. Inició su vida religiosa a los 16 años en una escuela de las teresianas en Santana do Livramento, cerca de la frontera con Uruguay, y vivió un tiempo breve en Montevideo antes de ser ordenada monja a los 26 años. Dedicó su vida al servicio como profesora y secretaria, ejerciendo una vocación constante de entrega y fe.
El reconocimiento oficial como la persona más anciana del mundo le llegó tras el fallecimiento de la japonesa Tomiko Itooka, quien murió también a los 116 años. Tras la partida de Canabarro, el título pasó a Ethel Caterham, una mujer de 115 años que reside en Surrey, Inglaterra, según confirmó el Grupo de Investigación Gerontológica (GRG) y el sitio LongeviQuest. La Congregación Teresiana expresó su gratitud y pidió por el eterno descanso de Inah, resaltando su dedicación como un ejemplo de vida espiritual.
Durante su longeva existencia, Inah Canabarro compartió lo que para ella fue el secreto de su vitalidad: la fe en Dios. “Él es el secreto de la vida. Es el secreto de todo”, declaró alguna vez. Su creencia profunda fue el eje de una existencia sencilla pero significativa. En 2018, ya con casi 110 años, fue reconocida con la bendición apostólica del papa Francisco. Su nombre queda inscrito como la segunda monja más longeva de la historia, sólo por detrás de la francesa Lucile Randon, quien vivió hasta los 118 años.