Mark Carney juró como primer ministro de Canadá tras la renuncia de Justin Trudeau, asumiendo el cargo en un contexto de crecientes tensiones con Estados Unidos. Carney, quien no cuenta con experiencia política previa, se ha destacado por su liderazgo en crisis económicas, lo que ahora se convierte en un factor clave ante la guerra comercial con el gobierno de Donald Trump.
El presidente estadounidense ha impuesto aranceles del 25 % al acero y aluminio canadienses y amenaza con extender estas medidas a todos los productos del país a partir de abril. En su primer discurso como líder del Partido Liberal, Carney dejó claro que no cederá ante las presiones de Trump y defendió la soberanía de Canadá frente a cualquier intento de anexión.
Carney, economista con doctorado en Oxford, ha ocupado importantes cargos en el sector financiero, siendo gobernador del Banco de Canadá y del Banco de Inglaterra. Su experiencia en la gestión de crisis económicas ha sido ampliamente reconocida, lo que le permitió posicionarse como el mejor candidato para liderar el país en medio de la incertidumbre actual.
El nuevo primer ministro también enfrenta el reto de consolidar su liderazgo antes de las elecciones federales previstas para octubre. Su estrategia ante Trump se enfocará en hacer que la guerra comercial impacte más a Estados Unidos que a Canadá, utilizando su conocimiento en economía y negociaciones internacionales.
Con su llegada al poder, Carney deberá equilibrar la estabilidad interna y la presión externa, demostrando que su perfil técnico puede ser suficiente para ganar la confianza de los canadienses y asegurar su continuidad en el cargo.